Enseña a ahorrar agua a los más pequeños. El medio ambiente y tu bolsillo te lo agradecerán
El agua es un recurso imprescindible para todos. Pero para los niños es, sobre todo, una forma de diversión. Y ya sabemos lo que pasa cuando un niño hace de algo doméstico un juego. Ellos se divierten y los adultos arreglamos los daños colaterales. Sin contar, evidentemente, con el derroche de agua que pueden llegar a generar. Por ello, nuestro consejo es claro: enseña a ahorrar agua a los niños.
Es muy fácil. Sólo es cuestión de rutina y, por supuesto, de dar ejemplo. Con estos sencillos consejos, ni tú ni tus hijos notaréis que estáis ahorrando agua. Además, la factura del agua y el medio ambiente te lo agradecerán.
5 consejos para ahorrar agua para niños
Lo más importante de todos estos tips es que se lleven a cabo en familia. Que los niños lo vean como algo natural y propio de la rutina diaria. De esta forma, tanto ellos como vosotros acabaréis integrando estos hábitos en el subconsciente.
1. Cierra el grifo durante el aseo
Mientras nos cepillamos los dientes, nos enjabonamos en la ducha o realizamos cualquier acción que no necesite del agua en ese mismo instante, cierra el grifo. Y es que con este simple gesto logramos ahorrar una media de 12 litros por minuto.
Enseñar a tus hijos una adecuada higiene es fundamental. Aprovecha esta tarea e incúlcales al mismo tiempo la necesidad de ahorra agua.
2. Cambia el baño por la ducha
Sabemos que con niños, la mejor opción para la higiene es la bañera. En ella no sólo se asean y juegan al mismo tiempo, sino que es la mejor forma para conseguir que se relajen antes de ir a dormir. Sin embargo, como ya vimos en el post ¿Bañera o ducha? la principal ventaja de la ducha es su significativo ahorro de agua. De hecho, se estima que al ducharnos ahorramos cerca de 150 litros por cada baño. O lo que es lo mismo, más de 4.000 litros de agua al mes.
Por ello, aunque no quieras renunciar a la bañera, procura no abusar del agua. Con poco que esté llena la bañera, tus hijos se divertirán igual y podrás lavarlos como siempre, ayudándote de la ducha de mano. Además, si son dos pequeños en la familia, procura bañarlos juntos. Poco a poco, puedes ir acostumbrándoles al uso de la ducha, hasta que sean totalmente autónomos. Así, ellos mismo se ocuparán de su higiene personal duchándose de forma segura y sin desperdiciar el agua (recuerda, al enjabonarnos, cerremos el grifo).
3. Cisterna con doble sistema de descarga
Si aun no la tienes, este es el mejor mecanismo para ahorrar agua en el inodoro. Con ella, tienes la opción de descargar la mitad de agua disponible en el tanque de la cisterna. Sólo tendrás que enseñar a los pequeños qué botón pulsar.
En relación al uso de la cisterna, también es importante hacerles ver que el inodoro no es una papelera. Debemos enseñarles que no se deben tirar papeles, toallitas húmedas o cualquier otra cosa de la que se quieran deshacer. Su utilidad debe ser exclusivamente para ir al baño. Así conseguiremos no derrochar agua innecesariamente.
4. Aprovecha las cargas del lavavajillas y lavadora
Antes de ponerlos en funcionamiento, asegúrate de que ambos electrodomésticos van a pleno rendimiento. Es decir, aprovecha toda su carga, llenando el lavavajillas y la lavadora para limpiar cuanta más, con menos usos.
En el caso del lavavajillas, además, ahorramos agua y energía. Con el lavado manual en el fregadero gastamos bastante más cantidad de agua que cuando lo programamos en el lavavajillas. Y, además, en Invierno sumamos el gasto energético del agua caliente.
5. Riega tu jardín por la noche
Lo hagas de forma manual con una manguera, o de manera automática con un programador de riego, enseña a ahorrar agua a tus hijos también en el jardín. Éste es otro espacio de recreo para los niños, por lo que es muy importante que sean conscientes de lo necesario que es no desperdiciar agua.
Para ello, involucra a tus hijos en esta tarea. Además de ser divertida y didáctica, los acercarás a la naturaleza. Este tipo de prácticas relacionadas con el cuidado y el mantenimiento de seres vivos, fomentan la implicación y el sentido de la responsabilidad. Sencillamente, acuerda unas normas o formas de actuar. Enseña a ahorrar agua a tus hijos regando por las noches, cuando el sol no evapore el agua y sea más eficiente.