Cómo elegir la válvula para lavabo

Válvula para lavabo, esencial para evitar atascos en el baño

Uno de los accesorios de baño imprescindible es la válvula para lavabo. Junto con el tipo de grifo, la válvula nos ayuda a controlar mejor el agua que utilizamos para nuestra higiene. Además, también protegemos las tuberías y el sistema de fontanería del baño de posibles atascos y averías.

Como vimos en el post dedicado a la grifería y sus accesorios, dependiendo de la clase de grifo que escojamos conseguiremos un mayor o menor ahorro de agua. Pues exactamente lo mismo sucede con la válvula que instalemos en el lavabo. Aunque todas tienen la misma función, existen en el mercado cuatro tipo de válvulas diferentes. Con sus respectivas ventajas y desventajas.

Pero antes de entrar a ver cuáles son las diferencias entre ellas, vamos a conocer los factores más importantes a la hora de elegir una válvula para lavabo:

Espacio: antes de comprar cualquier sanitario o accesorio es obvio que debemos saber las dimensiones con las que contamos. Sin embargo, concretamente para las válvulas es esencial saber que la válvula automática, por ejemplo, requiere mayor espacio que el resto. Para que estas funcionen, el grifo tiene que llevar incorporado una varilla por la parte trasera. Por ello, el espacio entre el grifo y la pared tiene que ser mayor que con el resto de válvulas.

Precio y usabilidad: hacer una elección que reúna buen precio y efectividad es acertar de pleno. Sin embargo, en estos casos, muchas veces nos obliga a renunciar al factor diseño que tanto predomina últimamente. En el mundo de las válvulas para lavabo pasa exactamente lo mismo. Las llamadas comúnmente válvulas de cadenilla son las más económicas, prácticas y tradicionales. Pero también suelen ser las menos vistosas. Encontrar el término medio entre tus necesidades y las características del producto es siempre lo acertado.

Estética: este factor siempre es importante cuidarlo, en la medida de lo posible. Nuestra casa y, por supuesto, nuestro baño son nuestro santuario. Por eso, vestirlo bien nos ayuda a disfrutarlo más. Y en este sentido, las válvulas fijas y, las cada vez más de moda, click-clack son pura tendencia.

4 tipo de válvulas para lavabo

Válvula de cadena: las de toda la vida. El tapón que ponemos o quitamos manualmente del desagüe del lavabo y que queda sujeto por una cadena. Son, ante todo, prácticas y económicas. Especialmente recomendadas para lavabos con profundidad, ya que estos están pensados para almacenar importante cantidad de agua.

Válvula automática: con una varilla que se sitúa detrás del grifo, subimos y bajamos la válvula, abriendo y cerrando el desagüe. Es una opción más cómoda y vistosa que la válvula de cadena. Sin embargo, a parte de ser algo más cara, también es más susceptible de romperse antes.

Válvula fija: ni para arriba, ni para abajo. Ni abre, ni cierra. Esta válvula queda siempre una posición intermedia fija. De esta manera se deja pasar el agua, pero obstaculiza la entrada de residuos a la cañería. Es muy común en los baños públicos por su eficacia y seguridad.

Válvula de click-clack: sin lugar a dudas son la novedad. Como puedes imaginar por su propio nombre, la válvula de click-clack se abre y se cierra con solo pulsar sobre ella. Con un click-clack. Son tendencia por su innovación, comodidad y, sobre todo por su diseño. Además, su instalación es muy sencilla. Se compran individualmente, así que tú mismo puedes sustituir la antigua válvula por esta más moderna. Aunque, hay que tener en cuenta su precio y que cualquier recambio que necesite siempre va a ser más costoso que las opciones tradicionales.

Si vas a renovar tu baño o, simplemente, necesitas cambiar la válvula para lavabo, ya sabes cómo elegir la más adecuada. En PROINCO las tienes todas. De ROCA o Grohe. De unas dimensiones u tras. Y en diferentes materiales.